Autolesiones voluntarias en gente joven

Self harm

Hoja Informativa para padres y docentes

Sobre este folleto

Este folleto pertenece a una serie de hojas informativas para padres, docentes y jóvenes tituladas Salud Mental y Hacerse Mayor. El objeto de estas hojas es aportar información práctica y actualizada sobre problemas de salud mental (emocionales, conductuales y de trastornos mentales) que pueden afectar a niños y jóvenes. Este folleto analiza las razones por las que algunos jóvenes se autolesionan y ofrece consejos prácticos sobre cómo afrontar este problema.  

Se usa el termino de autolesiones voluntarias para describir cuando alguien se hiere o daña a si mismo intencionadamente. Ejemplos frecuentes de esta conducta son el ingerir excesiva medicación, pegarse, cortarse, quemarse, tirarse del pelo, arrancarse la piel o estrangularse. También puede ser autolesión el usar drogas ilegales o alcohol en exceso. Las autolesiones son casi siempre un signo de que el joven tiene un problema serio.   

¿Con que frecuencia ocurren?

Es difícil de decir porque mucha gente oculta sus autolesiones en secreto. Se dice que hasta 1 de cada 10 adolescentes podrían autolesionarse. Los profesionales de la salud, probablemente sólo ven la punta del iceberg, y con seguridad muchos menos que esta proporción. El problema afecta principalmente a mujeres y es raro en varones (en una proporción de 7 a 1). Es mucho más común que el suicidio. 

¿Por qué se autolesionan los jóvenes?

No siempre para llamar la atención. Las autolesiones son una forma de reaccionar ante sentimientos muy difíciles que se van acumulando dentro de uno. La gente dice cosas distintas sobre porque lo hacen. Algunos jóvenes explican que se sienten desesperados y no saben a quién pedir ayuda. Se sienten atrapados y sin esperanza. Las autolesiones les ayudan a sentirse más en control. Otros hablan de sensaciones de rabia o tensión que se van acumulando dentro de uno hasta que se sienten como si fueran a explotar. Las autolesiones alivian esta tensión. Las sensaciones de culpa o vergüenza pueden también hacerse insoportables. Las autolesiones pueden ser una forma de auto castigarse. Algunos tratan de adaptarse a experiencias emocionales traumáticas o abusivas intentando convencerse de que los acontecimientos que les preocupan nunca han sucedido. Estos jóvenes a veces describen sentimientos como de estar “dormidos” o “muertos”. Dicen sentirse desconectados de su cuerpo o de su mundo y las autolesiones son una forma de sentirse más vivos o conectados.

Las autolesiones son siempre un signo de gran preocupación. A veces puede suceder que el joven se mate accidentalmente. Las autolesiones pueden ser originadas por sentimientos complicados a su vez desencadenados por otros problemas. Los jóvenes deprimidos o con un problema alimentario tienen más riesgo de autolesionarse. También los que toman demasiadas drogas o alcohol. De hecho las drogas y los trastornos alimentarios son una forma más de autolesionarse. El desencadenante más común es una discusión con un padre o amigo cercano. Cuando la vida familiar implica abuso, negligencia o rechazo, los jóvenes tienen más riesgo de autolesionarse. Las autolesiones por imitación también pueden darse en grupo y a veces pueden tener resultados trágicos. 

¿Por qué necesitan ayuda?

Cualquier joven que se auto agreda, en realidad está intentando “sobrevivir” y necesita ayuda. Si no recibe ayuda cuando la necesita, los problemas probablemente continuarán. También pueden empeorar y producirse un efecto de “bola de nieve”. Algunos jóvenes continúan auto agrediéndose cada vez más seriamente. Pueden incluso acabar matándose. 

¿Qué se puede hacer para ayudar?

Alguien que piensa en matarse a menudo intenta comentar a alguien lo mal que se siente. Probablemente el joven compartirá sus sentimientos con amigos o adultos de su confianza. Pero las autolesiones son diferentes y a menudo se mantienen en secreto –incluso de amigos o familiares- Los jóvenes se sienten tan avergonzados, culpables o preocupados que no pueden hablar de ello. Pueden existir pistas como el negarse a llevar manga corta o a quitarse el jersey en un día caluroso.

Si eres un padre o un maestro, puedes ayudar 

  • Reconociendo signos de malestar y encontrando la forma de hablar con el joven sobre cómo se sienten.
  • Escuchando sus preocupaciones y problemas y tomándolos en serio.
  • Ofreciendo simpatía y comprensión.
  • Ayudando a resolver problemas.
  • Permaneciendo en calma y siendo constructivo aunque te sientas muy afectado por ello.
  • Siendo claro sobre los riesgos de autolesionarse, asegurándose de que saben que con ayuda, una vez que los problemas de fondo se hayan solucionado, será posible pararlo.
  • Asegurándose de que obtienen la ayuda necesaria tan pronto como sea posible. 

Es importante que el joven sienta que tiene a alguien con quien hablar y en quien apoyarse cuando lo necesite. Si esto no sucede, existe el riesgo de que en su lugar, se siga autolesionando. Es importante saber si los padres y la familia pueden dar el apoyo necesario. Esto puede ser difícil si hay discusiones o problemas en casa. Como padre, puede que estés demasiado enfadado o preocupado para ser capaz de dar la ayuda necesaria a tu hijo. Si es este el caso, deberías pedir ayuda para ti a tu medico de familia.

Como docente, es importante hacer ver al grupo que en caso de que alguien se encuentre preocupado, con problemas o se auto lesione, te lo haga saber. Puede que necesites explicar el peligro de autolesionarse. Los amigos a menudo pueden sentir que traicionan a su compañero si lo comentan a un adulto. Por esta razón, es siempre mejor obtener ayuda que sufrir en silencio, y nunca debería ser mantenido en secreto. 

Ayuda especializada

Si te parece que una ayuda más especializada es necesaria, el médico de familia puede dirigirte a tu servicio de psiquiatría infanto-juvenil local. El equipo podrá contar con psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeras que ofrecerán ayuda especializada.

Muchos de los jóvenes que se autolesionan, necesitan ayuda especializada. Cualquiera que haya ingerido medicación o sustancias con la intención de hacerse daño, debería ser visto por un médico tan pronto como sea posible, incluso si esta aparentemente bien. Los efectos de la medicación pueden aparecer más tarde. Incluso pequeñas cantidades de medicación, puede ser fatales.

Todos aquellos jóvenes que necesiten tratamiento hospitalario por autolesiones, deberían ser valorados por un especialista en salud mental. Puede ser un psiquiatra con experiencia en niños y adolescentes. El objetivo será el descubrir las causas del problema y prevenir que se repita. Es de gran ayuda que los padres o tutores participen en esta valoración. Así será más fácil entender el trasfondo de lo que sucede y planificar el tipo de ayuda que el joven necesitará una vez que deje el hospital. 

Tratamiento Psicológico

Puede marcar la diferencia. Hay diferentes enfoques, dependiendo de las causas. A menudo se trata de trabajo individual y con la familia. Los jóvenes necesitarán ayuda con los sentimientos difíciles que causan las autoagresiones. Las familias con como prevenir las conductas peligrosas para que no se repitan y como dar la ayuda necesaria. Si una depresión o trastorno de ansiedad complican el problema, puede que sea necesario dar medicación. También a veces es necesaria una ayuda más intensiva. En ocasiones, recuperarse de experiencias muy traumáticas  dañinas puede ser lento. En estos casos la ayuda será necesaria durante más tiempo.  

Bibliografía

Carr, A. (ed.) (2000) What Works with Children and Adolescents? A  Critical Review of Psychological Interventions with Children, Adolescents and their Families. London: Brunner-Routledge.

Rutter, M. & Taylor (eds) (2002) Child and Adolescent Psychiatry (4th edn). London: Blackwell.

Scott, A., Shaw, M. & Joughin, C. (2001) Finding the Evidence: A Gateway to the Literature in Child and Adolescent Mental Health (2nd edn). London: Gaskell.

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