Ser un buen padre

Good parenting

Hoja Informativa para padres y docentes 

Sobre esta hoja informativa

Esta es una de una serie de hojas informativas para padres, maestros y jóvenes tituladas Salud Mental y Hacerse Mayor. El objetivo de estas hojas es aportar información práctica y actualizada sobre problemas de salud mental (emocionales, conductuales y de trastornos mentales) que pueden afectar a niños y jóvenes. Esta hoja informativa estudia las razones por las que es importante tener buenas estrategias para el cuidado de los niños desde una edad temprana. También sugiere soluciones prácticas sobre algunas de las mejores formas de educar a un niño, manteniendo una relación sana y buena con él.

Introducción

Cuidar de tus hijos es una parte importante de lo que significa amarlos y preocuparte por ellos. Unos buenos cuidados suponen darles un entorno seguro y de cariño, ayudándoles a aprender las reglas de la vida (por ejemplo a compartir, a respetar a los demás, etc.) y a desarrollar una buena autoestima. También a veces tendrás que impedirles hacer cosas que no deben, es tan  importante como animarles a que hagan cosas que tú crees deben hacer.

¿Por que es importante el cuidado de los hijos?

Las reglas son una parte importante de la vida diaria. Nos permiten llevarnos bien unos con otros. Si los niños no aprenden a comportarse, tendrán dificultad para  relacionarse no solo con adultos sino también con otros niños. Tendrán dificultad para aprender en la escuela, se portarán mal y puede que acaben sintiéndose tristes y frustrados.

¿Qué puede ayudar?

Es importante asegurarse de que el niño se siente seguro, querido y valorado, el señalarle cuándo se está portando bien. El truco para esto es encontrar estrategias que funcionen bien, tanto para ti como para el niño. He aquí algunas ideas:

Se consistente

Si tú no sigues las reglas acordadas, tu hijo aprenderá que no haciéndote caso, probablemente tú acabarás cediendo.

Dale muchos ánimos

Hazle saber a tu hijo cuando ha hecho algo bien y lo contenta que estás por ello. Por ejemplo dale un abrazo, un beso y recuérdale lo bueno que es. Debes de hacerlo justo después de que haya hecho algo bien.

Planifica con tiempo

Es de gran ayuda que tanto tú como tu hijo sepáis las reglas de una situación determinada antes de que suceda. No las inventes sobre la marcha (por ejemplo, si la hora de acostarse son las 8, asegúrate de que ambos la respetáis).

Implica a tu hijo

Siéntate con tu hijo y explícale lo que es portarse bien. Puede que te sorprenda lo mucho en lo que podéis estar de acuerdo.

Ten calma

Esto puede ser difícil en el calor del momento, pero  es de gran ayuda. Permanece tranquilo y se claro en tus ordenes, por ejemplo, “por favor, apaga la tele”, o “es hora de acostarse”.

Se claro con tu hijo

Por ejemplo “Por favor, recoge tus juguetes” le dice al niño exactamente lo que esperas que haga. Decirle solamente “sé bueno” no. Si tu hijo no te entiende, no podrá obedecerte. Piensa órdenes cortas y claras.

Se realista

No es una buena idea el ofrecer un premio maravilloso o un castigo terrible si no lo vas a cumplir. Es mucho mejor ofrecer pequeños premios que castigos. Por ejemplo, “cuando hayas ordenado tu cuarto, te daré un helado”. No esperes milagros. Si tu hijo ha ordenado sólo parte de la habitación, dale el premio igual por haber empezado.

La importancia de vuestra relación

En momentos difíciles, es fácil olvidar que en realidad podéis también pasarlo bien juntos. Los dos podéis acabar sintiéndoos enfadados y tristes. Así que necesitáis planificar tiempo “bueno” para los dos juntos. Por ejemplo, podéis acordar diez minutos al día en que juguéis, leáis o cocinéis juntos.

¿Cómo puede ir mal?

Tu propia experiencia de la niñez es muy importante. Si fuiste muy castigado puede que te veas haciendo lo mismo con tus hijos. O puede que hagas lo contrario y que te parezca difícil ser tan claro y firme como se necesitaría que fueses.

Si los padres no están de acuerdo con las reglas, los hijos pueden sentirse confusos porque no saben que reglas son las que tienen que obedecer. Puede que aprendan que si no consiguen algo de un padre, lo único que tienen que hacer es ir al otro.

¡El cuidar de los hijos consume energía!, Es fácil dejarlo por imposible si uno se siente deprimido, cansado, muy estresado o sin ayuda. Sin reglas, los niños sencillamente se  acostumbran a portarse mal.

¿Dónde puedo obtener ayuda?

Hablar sobre los problemas con amigos u otros padres suele ayudar. Habla con los maestros de tu hijo ya que puede que haya el mismo problema en la escuela. Puede ser de ayuda para tu hijo el que tú y los maestros estéis de acuerdo en como enfrentaros al problema y trabajar juntos. Cambiar la conducta de un niño es un proceso largo y difícil, pero puede hacerse.

Puedes pedir consejo a tu médico de familia, enfermera de escuela o psicopedagogo del colegio.

Si es necesaria una ayuda más especializada, ellos podrán derivaros al centro de salud mental infanto-juvenil de tu zona. Los especialistas puede que te ayuden a encontrar las causas del problema y sugerir también ayuda práctica.

Bibliografía

Carr, A. (ed.) (2000) What Works with Children and Adolescents? A  Critical Review of Psychological Interventions with Children, Adolescents and their Families. London: Brunner-Routledge.

Rutter, M. & Taylor (eds) (2002) Child and Adolescent Psychiatry (4th edn). London: Blackwell.

Scott, A., Shaw, M. & Joughin, C. (2001) Finding the Evidence: A Gateway to the Literature in Child and Adolescent Mental Health (2nd edn). London: Gaskell.

Read more to receive further information regarding a career in psychiatry