Trastorno Obsesivo-Compulsivo (T.O.C.) en Jóvenes

Obsessive Compulsive disorder

Sobre este folleto

Este folleto pertenece a una serie de hojas informativas para padres, docentes y jóvenes tituladas Salud Mental y Hacerse Mayor. El objeto de estas hojas es aportar información práctica y actualizada sobre problemas de salud mental (emocionales, conductuales y de trastornos mentales) que pueden afectar a niños y jóvenes. Este folleto explica lo que es el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), a quien afecta y que se puede hacer para ayudar. 

¿Qué es un TOC?

Algunas personas tienen pensamientos o ideas que aparecen en su mente incluso aunque no quieran. Estos pensamientos a menudo parecen no tener sentido o son desagradables y son llamados obsesiones. Las compulsiones son actos que la gente piensa que tienen que hacer incluso cuando no quieren. Con frecuencia la gente con TOC intenta dejar de hacerlas pero se sienten preocupados o frustrados si no consiguen llevarlas a cabo. Las obsesiones y compulsiones pueden ser estresantes y preocupantes y pueden empezar a afectar a jóvenes en la escuela, con los amigos y con sus familias

Muchos niños y niñas tienen obsesiones y compulsiones leves en algún momento, como por ejemplo, tener que organizar sus juguetes de una forma especial o decir buenas noches un numero de veces. Esto es normal. Puede ser por ansiedad debida a un cambio o a estrés.

¿Qué signos de la conducta de un niño indican el comienzo de un trastorno obsesivo-compulsivo? 

  • Si las compulsiones preocupan al chico.
  • Si le llevan mucho tiempo al día. (más de una hora).
  • Si interfieren con sus actividades.

Si ocurren estos signos, puede ser que este joven tenga un trastorno obsesivo-compulsivo. En ese momento, es conveniente ver a un profesional.

¿A quien afecta el TOC?

Puede afectar a gente de todas las edades. Al menos la mitad de los adultos que son tratados por TOC lo padecían de niños, muchos de ellos sin recibir ayuda de ningún tipo. Esto puede ser debido a que en su día, se sintieron avergonzados por ello y no lo contaron a nadie o porque a los médicos a los que ellos solicitaron ayuda, no sabían como diagnosticar o tratar el TOC. Hoy sabemos que hay algunos tratamientos efectivos para el TOC. Parece probable que si la enfermedad es diagnosticada y tratada a tiempo, a aquellos que vayan a padecer del TOC les irá mejor más adelante en la vida. El TOC afecta a un 1% de la gente joven. Esto significa que si hubiera 500 niños en la escuela, podría haber hasta 5 con TOC (¡!).

¿Qué causa el TOC?

Como con la mayoría de las enfermedades que afectan el pensamiento y la conducta, no sabemos con seguridad lo que las causa aunque tenemos varias “pistas” por trabajos de investigación. Parece ser que el TOC se debe a una alteración del equilibrio de un compuesto químico del cerebro, la serotonina. La tendencia de la enfermedad es la de aparecer en familias determinadas. También parece que en estas familias hay más posibilidades de que haya miembros con tics (movimientos reflejos involuntarios). Esto último ha llevado a pensar que los pensamientos obsesivos son un poco como tics de la mente.

Entendiendo que el TOC es probablemente un  trastorno neurobiológico, ayuda a los jóvenes y a las familias a darse cuenta de que no es culpa del que lo padece.

Los niños o las familias no causan el TOC pero pueden aprender formas de enfrentarse a el.

¿Hay cura?

Hoy está más claro que hay dos formas de tratamiento que funcionan bien con el TOC en niños y adultos. Una de ellas es la terapia conductual y el otro una medicación especifica. Ambos pueden ser dados por separado o en combinación. Si es posible una persona joven debería tener la oportunidad de acceder a los dos tratamientos.

Terapia Conductual: Supone una valoración detallada del problema, comenzando a menudo con la familia y el niño y confeccionando un diario de las obsesiones y las compulsiones. El objetivo del tratamiento es enseñar al joven como controlar el problema afrontándolo poco a poco. El joven diseña el programa de tratamiento con el terapeuta de forma que gradualmente pueda sobreponerse a sus miedos. Los niños necesitan estar implicados directamente en el plan de tratamiento porque necesitan saber que no se les pedirá que hagan cosas que no quieran hacer o para las que no se sientan preparados. 

A veces los familiares se ven envueltos en los rituales del los niños que padecen TOC. Por ello, las familias necesitan saber del TOC y de cómo ayudar a su hijo a enfrentarse a él. A veces esto implica que los padres asistan a sesiones con el terapeuta y su hijo para ayudarle a encontrar formas de resistir los rituales y de ser capaz de decir “no”.

Una de las razones por las que los niños hacen las compulsiones como lavarse las manos o chequear los interruptores una y otra vez es por que se preocupan sobre lo que podría pasar si no lo hiciesen. A veces una compulsión es hacer alguna cosa específica (un ritual), o evitar algo o pedir una contestación repetidas veces. El intentar resistirse a las compulsiones hace a la mayoría de los que padecen un TOC sentirse ansiosos. Una de las maneras mas poderosas de  luchar contra el TOC es aprendiendo como enfrentarse a esta ansiedad. 

Medicación: La medicación efectiva en el TOC actúa en el compuesto químico del cerebro llamado serotonina. Hay varias medicaciones disponibles para tratar el TOC, incluyendo la fluoxetina y la clomipramina.

La medicación ayuda al menos al 70% de los que padecen un TOC. Es probablemente la mejor y más rápida forma de mejorar a una persona que padece de un TOC. Mucha gente que mejora con la medicación, empeoran al dejar de tomarla. Algunos de estos necesitarán la medicación para mantenerse bien mucho tiempo.

Con frecuencia es útil combinar la medicación con el otro tratamiento del TOC, la terapia conductual. La gente que no quiere tomar medicación o que no la tolera bien puede ser tratada únicamente con terapia conductual.

¿Quién puede ayudar?

El TOC es un problema frecuente, así que generalmente los médicos de atención primaria son capaces de ayudar y aconsejar. Si la persona joven necesita una valoración más especializada, el médico de cabecera puede sugerir una derivación a un psiquiatra infantil o un psicólogo infantil.

A veces, una persona joven puede tener otros problemas además de un TOC, como por ejemplo, una depresión. Es importante que estas otras dificultades sean detectadas ya que pueden necesitar tratamiento también (aunque la mayoría de las veces, la depresión mejora al hacerlo el TOC). Si el joven ha estado mal durante mucho tiempo o el TOC que padece ha afectado su vida, otros profesionales como profesores, trabajadores sociales, etc., pueden ser de ayuda para que el joven vuelva a una vida normal.


Bibliografía

Carr, A. (ed.) (2000) What Works with Children and Adolescents? A  Critical Review of Psychological Interventions with Children, Adolescents and their Families. London: Brunner-Routledge.

Rutter, M. & Taylor (eds) (2002) Child and Adolescent Psychiatry (4th edn). London: Blackwell.

Scott, A., Shaw, M. & Joughin, C. (2001) Finding the Evidence: A Gateway to the Literature in Child and Adolescent Mental Health (2nd edn). London: Gaskell.

Read more to receive further information regarding a career in psychiatry